miércoles, 29 de febrero de 2012

LA TAPA DE NUESTRO LIBRO

La búsqueda de una tapa para nuestro libro, que nos gustara a todas y que además nos representara, no fue tarea sencilla. Éramos cuatro para decidir y muchas las alternativas.
Sin embargo, fue cuando llegamos a la Galeria Niko Gulland y se produjo el encuentro con el cuadro de Héctor Medici: Seré mi sueño, que ya no dudamos.
Hoy, varios meses después, subimos al blog lo que él escribió en ocasión de la presentación de nuestro libro; y en relación a su cuadro y a los textos que inspiraron su obra.
Lo transcribimos desde un e-mail que envió, con la sencillez y generosidad que lo caracterizan.
Para compartir en profundidad esa íntima conexión de la pintura con la letra, del juego de texto y textura, como él mismo nos cuenta.
Para dejarnos entretejer por las palabras, esas que alguna vez se escribieron para ser luego poesía y más tarde un lienzo.
Para confesar que tal vez lo intuímos esa tarde cuando, como una página casual, nos fue revelado el primer encuentro.



22 de noviembre del 2011 - Para la tapa de En distintas direcciones




Envío el texto completo del poema de Borges y el fragmento de un diálogo del Amadís de Gaula ( libro de caballería de la Edad Media europea ).
En negrita están los dos fragmentos que transcribí en el cuadro.( No recuerdo si están completos).
El pedido de Maria Kodama era realizar una pintura con ese fragmento ( el del poema de Borges) .
"Texto" y "textura" provienen de una misma raíz etimológica , del latín textum que significa tejido. En el caso de "texto" sería "tejido de palabras".

                                                                                                                                 
Día tras día nuestras metas y sentidos imaginan los provisorios trazos 
con  los que dibujamos laconstelaciones nocturnas.
Una curiosa simetría enlaza las cosas y los oficios de vivir y de hacer arte.
Hector Medici


Ni siquiera soy polvo
No quiero ser quien soy. La avara suerte
me ha deparado el siglo diecisiete,
el polvo y la rutina de Castilla,
las cosas repetidas, la mañana
que, prometiendo el hoy, nos da la víspera,
la plática del cura y del barbero,
la soledad que va dejando el tiempo
y una vaga sobrina analfabeta.
Soy hombre entrado en años. Una página
casual me reveló no usadas voces
que me buscaban, Amadís y Urganda.
Vendí mis tierras y compré los libros
que historian cabalmente las empresas:
el Grial, que recogió la sangre humana
que el Hijo derramó para salvarnos,
el ídolo de oro de Mahoma,
los hierros, las almenas, las banderas
y las operaciones de la magia.
Cristianos caballeros recorrían
los reinos de la tierra, vindicando
el honor ultrajado o imponiendo
justicia con los filos de la espada.
Quiera Dios que un enviado restituya
a nuestro tiempo ese ejercicio noble.
Mis sueños lo divisan. Lo he sentido
a veces en mi triste carne célibe.
No sé aún su nombre. Yo, Quijano,
seré ese paladín. Seré mi sueño.
En esta vieja casa hay una adarga
antigua y una hoja de Toledo
y una lanza y los libros verdaderos
que a mi brazo prometen la victoria.
¿A mi brazo? Mi cara (que no he visto)
no proyecta una cara en el espejo.
Ni siquiera soy polvo. Soy un sueño
que entreteje en el sueño y la vigilia
mi hermano y padre, el capitán Cervantes,
que militó en los mares de Lepanto
y supo unos latines y algo de árabe...
Para que yo pueda soñar al otro
cuya verde memoria será parte
de los días del hombre, te suplico:
mi Dios, mi soñador, sigue soñándome.
              
Jorge Luis Borges
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EL DONCEL DEL MAR

-Así como quiero que Dios me salve, señora -dijo Gandales-, así yo os creo. Pero por Dios os pido que os acordéis del doncel (Amadís), que de todos está desamparado excepto de mí.
-No pienses en eso -dijo Urganda- que ese desamparo será amparo y reparo de muchos.Y yo lo amo más de lo que tú piensas.
Y así se separaron el uno de la otra.

Fragmento del libro de Amadís de Gaula. Dialogo entre el caballero Gandales, padre adoptivo de Amadís y la hechicera Urganda.